Despertar.

“Naciste en cautiverio,  naciste en una prisión que no puedes ni oler ni saborear ni tocar. Una prisión para tu mente”.Morfeo, The Matrix.

Al escribir el título me viene una imagen muy clara, el césped húmedo con gotas de rocío al despuntar el alba, algunos pajarillos que cantan anunciando el nuevo amanecer y los rayos del sol penetrando entre las hojas de los árboles. La luz casi blanca sentencia que un nuevo día ha llegado, despierta!

Las referencias de nuestra mente al mundo físico en el que habitan nuestros cuerpos, es sin lugar a dudas, la mejor forma  que tiene nuestro cerebro de buscar y traer desde nuestra memoria lo conocido, lo que sabemos, y que tomamos como referencia para asociar conceptos y comprender cada palabra. 

Sin embargo, puede que todo esto, el mundo físico que podemos tocar con las manos (o eso pensamos), que creemos ver solo con con nuestros ojos, sea  una pequeña parte de nuestra experiencia: la experiencia en estado de vigilia. 
Sabemos que mientras dormimos entramos en otros estados, que nuestras ondas cerebrales cambian a otra frecuencia y que al despertar entramos en ese otro estado donde sabemos que estamos despiertos. ¿Pero estamos realmente despiertos?

Derribando el sistema de creencias.

El sistema de creencias tradicional por el que fuimos educados, sea cual sea, se enmarca dentro de las leyes de la física y del paradigma Religión vs Ciencia. No hace falta tener una formación religiosa para tener una idea asentada del bien y del mal, o del premio y el castigo. De la misma forma no hace falta ser estudiante de física o un científico para pensar que lo que podemos racionalizar y probar es lo que “hay” y lo que no tiene una comprobación empírica es lo que no existe. 

Bajo este paradigma podríamos decir que algo sin explicación científica es menos válido que algo comprobado por la ciencia; entonces “todo es” cuando sucede, y sucede cuando es experimentado por un sujeto, o bien, percibido por un observador.

La imposición de lo «Real»
Una de las frases más famosas es la del optimista que ve un  vaso medio lleno y el pesimista que ve el vaso medio vacío, cada uno crea su realidad y la  interpreta según su ser. 
Lo que nos lleva a entender que cada uno puede tener su propia forma de percibir las experiencias y que la realidad probablemente no va a ser la misma para dos personas, el que vive la experiencia es uno, y el “otro” observando puede juzgar y creer o no creer, pero no ha vivido la misma experiencia; hasta que vive algo similar, y aún así nunca será la misma.

Si pensamos en un ejemplo cotidiano, una persona le puede decir a la otra: “me duele el estómago”, y la segunda persona , al no “ver” ninguna anomalía física o al no percibir el dolor del otro, no puede asegurar que no sea cierto lo que acaba de escuchar. No obstante nos empecinamos todos los días por demostrar quien tiene la razón o decirle a nuestro prójimo lo que es real. 

Lo que tenemos que entender es que es el Ego hablando por nosotros en ese momento, mientras nuestro espíritu no puede asegurar que algo es real, nuestro Ego se impone tratando de mantener una postura y buscar reconocimiento. 

Para algunas personas, lo único real es lo que la «ciencia» dice, como si la ciencia tuviera una voz en sí misma. Lo curioso es que muchas veces, la búsqueda de racionalidad se vuelve irracional, no importa la cantidad de estudios científicos o experimentos que demuestren algo, siempre podrán pensar que no fueron del todo correctos o encontrar alguna objeción hasta que no sea aceptado por toda la comunidad científica. 

En el pasado la ciencia no había comprendido todavía el funcionamiento de nuestro Sol, cuando antaño nuestros ancestros no sabían que una esfera de fuego de proporciones inimaginables vive en una fusión nuclear constante: ¿Hacía eso acaso que el Sol sea menos válido? o ¿era entonces menos real?

¿Cómo entonces podemos juzgar nosotros, seres minúsculos en un vasto universo, el accionar de tantas fuerzas desconocidas para nuestros diminutos intelectos?

La ciencia es maravillosa y realmente creo que nos ha permitido evolucionar como sociedad en muchos aspectos. Incontables descubrimientos en los últimos 200 años ponen de manifiesto en el mundo terrenal todos los días sus resultados. 
Sin embargo, para poder despertar, para poder realmente percibir lo que está más allá del universo físico primará la experiencia del ser, tu propia experiencia que no siempre podrás explicar con demostraciones de laboratorio, al menos por ahora. 

Aceptación
El primer paso para el despertar, es poder aceptar que no todo tiene una explicación, que no todo entra en el prototipo de nuestro sistema de creencias. 
Primero debes poder creer para luego ver, y si hasta ahora vivías sintiendo que «hay algo más» , es hora de aceptar que si lo hay, usa tu imaginación, siente que es un juego, pero trata de sentir esa sensación hermosa de aceptar que realmente hay algo más que esta fisicalidad.
Es probable que al principio las estructuras que te han puesto no te permiten liberar tu mente y aceptar que hay mucho más de lo que nos dijeron, mucho más de lo que nos enseñan, mucho más que la física y las leyes de la gravedad. Te aseguro que la mejor forma de romper las estructuras es viviendo tu propia experiencia.

Aceptar que hay mucho más de los que nos dijeron, mucho más de lo que nos enseñaron y mucho más que lo que la ciencia puede probar, te permitirá liberar tu mente y comenzar tu propio camino hacia el despertar de tu conciencia.

1 comentario en “Despertar.”

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